Antaño, las castañas solían ser consideradas «el pan de los pobres». Y es que con ellas podían elaborarse muchos de los alimentos que usualmente se preparan a base de harina, productos entonces mucho más costosos que hoy en día.
Con el paso de los años, las propiedades energéticas y nutricionales de este fruto típico del otoño se han conocido en todo el mundo; y cada vez son más los consumidores que deciden incorporarlo. Si tú aún no lo has hecho, ya deberías. ¿Cuáles son los beneficios, propiedades y usos? ¿Tienen contraindicaciones? Repasamos las principales características de la castaña y sus derivados.
Origen y clasificación de las castañas
Las castañas pertenecen a la familia de las fagáceas y son el fruto del árbol silvestre Castanea sativa. Su cultivo está muy extendido en el sur de Europa y en particular en Italia. Las mejores castañas de Italia proceden de seis localidades, de norte a sur. Cuneo, Combai, Marradi, Vallerano, Montella y Roccadaspide.
Este fruto seco, extremadamente popular y fácil de encontrar, es versátil en cuanto a su utilización. Con sólo añadir un puñado de castañas a tu dieta diaria podrás disfrutar de beneficios como prevenir la diabetes, mejorar la función cognitiva, mejorar la salud cardiovascular y estimular el sistema inmunológico.
Hay varias clases de castañas, pero todas se parecen en cuanto a sus aportes nutricionales. Eso sí, no debe confundirse con el castaño de indias.
Valor nutricional de las castañas
Las castañas contienen altas cantidades de fibras dietéticas, vitaminas, minerales, grasas buenas y compuestos antioxidantes. Por cada 100 gramos de fruto, obtenemos los siguientes aportes nutricionales.
Según la FEN, a pesar de ser un fruto seco, la composición de las castañas se parece bastante a la de los cereales. Las castañas son fuente de fibra y ricas en hidratos de carbono complejos, estos ocupan casi la mitad de su composición; y no debemos olvidar que los hidratos de carbono han de ser la fuente más importante de energía en nuestra dieta.
Como su contenido en agua es cercano al 50%, hace que las castañas sea uno de los frutos secos de menor contenido calórico. Posee también minerales, como fósforo y potasio.
Los contenidos en vitaminas no son muy significativos, pero podemos destacar que es fuente de vitaminas del grupo B (B1 y B6).
Estos datos e informaciones son proporcionados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
- Calorías – 245
- Proteínas – 3,2 g
- Carbohidratos – 53 g
- Grasas – 2,2 g
- Fibra – 5,1 g
Por otro lado, las castañas contienen una gran cantidad de vitamina C, B5 y B3, sin olvidarnos del potasio y el magnesio. Tienen menos calorías que otros frutos secos debido a su bajo contenido en grasas, y la última ventaja es que contienen más carbohidratos que otros frutos secos.
Por lo tanto, es una opción ideal para quienes están intentando bajar de peso. Si buscas adelgazar, con este fruto no sumarás tantas calorías y te sentirás satisfecho en muy poco tiempo.
Beneficios para la salud de las castañas
Efecto antioxidante
Las castañas contienen varios antioxidantes como vitamina C, ácido gálico, ácido elágico, taninos, alcaloides y una amplia gama de polifenoles. Reuniendo todos estos elementos, junto con la luteína y la zeaxantina que protegen los ojos, obtenemos un efecto antioxidante natural que retrasa el envejecimiento.
Este fruto nos resguarda de los radicales libres, que son moléculas inestables presentes en nuestro cuerpo que causan el envejecimiento de las células y los tejidos.
Normalmente, una alta tasa de radicales libres en el organismo puede provocar el empeoramiento de enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer.
El informe «Castañas y derivados como fuente de antioxidantes naturales en carnes y productos cárnicos» concluye el poder antioxidante de la castaña. Publicado en Science Direct, éste es un estudio importante porque ha sido realizado por españoles y confirma muchas de las ventajas de consumir castañas.
Fuente de fibra
Las castañas son una fuente de fibra que garantiza numerosos beneficios para la salud. Ésta es alimento para las bacterias buenas presentes en el estómago, favoreciendo la fermentación de la fibra y la producción de sustancias esenciales en el metabolismo como los ácidos grasos.
Eso evita la inflamación como consecuencia de la digestión, y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. Todo ello, sin que suponga un aporte desmedido de calorías vacías.
Mejora la salud cardiovascular
Las castañas son ricas en nutrientes beneficiosos para el corazón. Antioxidantes como el ácido gálico y elágico presentes en las castañas previenen el estrés oxidativo, que aumenta el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas provocadas por el desgaste y el deterioro de las células. Asimismo, un puñado de castañas asegura el 11% del requerimiento diario de potasio, lo que mantiene el corazón sano.
Las investigaciones demuestran fehacientemente que llevar una dieta rica en potasio puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular en más de un 20%.
Así lo confirma esta revisión sistemática del efecto del aumento de la ingesta de potasio sobre los factores de riesgo y las enfermedades cardiovasculares.
Usos de las castañas
Asar castañas a fuego abierto es la forma más sencilla de consumirlas. La capa exterior se rompe fácilmente, revelando el jugoso núcleo blanco que se come. Igualmente, se pueden cocinar al vapor, a la parrilla o fritas.
Con ella se hacen platos salados y dulces muy sabrosos, mientras que de su pulpa se extrae la llamada «harina de castañas». Éste es un sustituto muy interesante para las harinas refinadas, que muchos pacientes tienen prohibidas por sus patologías.
Posibles efectos secundarios de las castañas
Ricas en taninos
La FEN da a conocer que las castañas crudas son ricas en taninos. Por lo que comerlas en este estado puede producir molestias intestinales. En este sentido, se recomienda que las castañas —una vez recogidas— sean almacenadas durante siete o diez días, para que en este periodo disminuyan los contenidos en taninos y el almidón se transforme en azúcares más asimilables.
La cocción o asado de las castañas favorece la transformación de los hidratos de carbono.
Alergias
Algunas personas experimentan eccemas, erupciones cutáneas y otros inconvenientes cuando entran en contacto con las castañas. Son un alérgeno común y conocido, con el que deberías tener mucho cuidado antes de comerlas si no sabes bien si puedes llegar a ser alérgico.